Propuesta para desarrollar funciones ejecutivas como la autorregulación del aprendizaje en la primera infancia.

09.06.2020

De acuerdo al documento de lineamientos de la primera infancia en Colombia, considerar lo siguientes pasos inicialmente.

Valorar el proceso, aspecto que debe ser sistemático, organizado y con la finalidad de obtener información sobre la metodología para obtener un resultado que ayude al desarrollo del cerebro. También se tendría como objetivo que los profesores aprendan y desarrollen su habilidad de metacognición para que ayuden a los niños en el desarrollo de esta función cognitiva y por modelamiento, los niños aprendan.

Las interacciones, que tengan como finalidad promover, reforzar o desarrollar empatía en los niños, a través de actos espontáneos como con actividades programas para este aprendizaje. Igualmente, incluir de manera sistemática el desarrollo e identificación de las propias emociones con el fin de ir mejorando el lenguaje interno y reflexión de lo que se siente y porque se siente frente a una situación, así mismo, aprendizaje de cómo usar de manera funcional, esas emociones para dar respuesta a un problema.

Ahora, las actividades programas deben desarrollarse de manera transversal, acompañadas del modelamiento hecho por los profesores a través de sus propio actos y verbalizaciones, que deben ser conscientes y con un objetivo ya determinado. Si bien, las situaciones espontáneas se deben reforzar, aquellas que se programan a través de estrategias como aprendizaje basado en problemas, pueden funcionar en este momento evolutivo, si se ajustan y se desarrollan de manera organizada y secuencial.

Con relación a lo anterior, los aportes de las neurociencias y la educación han resaltado la importancia de las variables contextuales, emocionales, instruccionales y motivacionales sobre el funcionamiento cognitivo y afectivo de los estudiantes. Es por esto que la manera de configurar la clase puede potenciar el desarrollo de determinadas funciones ejecutivas, por ejemplo, en tareas que impliquen planificación, control y reflexión, y que se asocien al concepto de autorregulación. Así mismo, la interacción y retroalimentación proporcionada por el maestro, padre, compañero, libro, etc., tiene un impacto positivo sobre funciones ejecutivas como la planificación y monitoreo, la inhibición y flexibilidad mental, por tanto, permite modificar el pensamiento o conducta y mejorar el aprendizaje (Rigo, De a Navarra, & Travaglia, 2017).

Existen también enfoques de enseñanza que propician el desarrollo de las funciones ejecutivas, como es el caso del aprendizaje basado en proyectos, en resolución de problemas e investigación y las que fomentan el desarrollo del pensamiento crítico (Yoldi, 2015).

El aprendizaje basado en proyectos es un modelo de aprendizaje en los alumnos con supervisión del docente, planean, implementan y evalúan proyectos de aplicación al contexto más allá del aula y a través del cual se mejora la habilidad para resolver problemas, mejora la capacidad de trabajo en equipo, desarrollo capacidades mentales de orden superior como búsqueda de información, análisis, síntesis, conceptualización, uso crítico de la información y metacognición entre otras. Este aprendizaje se enfoca en un problema que se debe solucionar con un plan, por tanto, los estudiantes deben identificar el ¿qué?, ¿con quién?, ¿para qué?, ¿cómo?, ¿cuánto?, variables, medidas para asegurar el éxito del proyecto y resultados esperados. También se da durante la elaboración del proyecto evaluación formativa (retroalimentación) del profesor , compañeros y del propio alumno y avaluación sumativa (Galeana, 2006).

Es decir, es un modelo de aprendizaje que implica actividades donde se estimula la metacognición por la exigencia continua de evaluación del proyecto, de los demás compañeros y del propio estudiante; la flexibilidad cognitiva en el requerimiento de aplicar y resolver o contribuir con el mejoramiento de una condición real existente; memoria de trabajo a través del manejo de datos y variables para la elaboración del proyecto y control inhibitorio, gracias al trabajo grupal que requiere tiempos de espera, respetar turnos, posiciones distintas y ajustarse a las reglas establecidas de trabajo.

Otra modelo que posibilita lo anterior, es el aprendizaje Basado en Problemas (ABP), modelo que según Travieso & Ortiz (2018) se parte de un problema que genera conflicto en el estudiante y éste debe encontrar la solución propiciando la construcción y reconstrucción del conocimiento y ha sido aplicado especialmente a la educación superior. Los problemas son el medio para el desarrollo de habilidades de resolución de problemas. Las fases son:

  • Momento inicial, donde el docente diseña un problema real o hipotético que integre los contenidos vistos.
  • Momento de ejecución. En donde se da al estudiante el problema que debe resolver.
  • Los estudiantes se dividen en grupos de máximo 4 estudiante con el fin de realizar una reconstrucción colectiva del conocimiento.
  • Momento final, luego de haber analizado el problema y haber pasado por evaluaciones formativas durante todo el proceso, se presentan los resultados al resto del grupo y se evalúa como se enfrentaron los estudiantes a la situación problemática.

Si bien ha sido un modelo usado en nivel de educación superior, también puede adaptarse a la formación primaria y pre escolar, posibilitando el desarrollo de las funciones ejecutivas tal como se describió en el modelo de Aprendizaje Basado en proyectos.

Otra estrategia que posibilitan el desarrollo de funciones ejecutivas, es la pregunta socrática, que posibilita el pensamiento profundo, auto dirigido y sistemático del estudiante. Sus elementos son la pregunta, la respuesta, el debate y la conclusión, y la diferencia con la pregunta corriente está en que se evalúa la credibilidad de las cosas. Los participantes de un dialogo socrático deben aprender a escuchar, a ser pacientes, a ser respetuosos con los puntos de vista de otros, a reflexionar de manera conjunta, a tomarse un tiempo para analizar un problema difícil y no tratar de buscar soluciones inmediatas, a reconsiderar las propias opiniones, a hablar con franqueza. Ejemplos de preguntas socráticas son: ¿A qué te refieres con...?, ¿Puedes aplicar eso de otra manera?, ¿Cuál piensas es el asunto principal?, ¿Por qué es importante esta pregunta?, ¿Por qué alguien haría esa suposición?, ¿Por qué piensas que eso es cierto?, ¿Qué efecto tendría esto?, ¿Cuál sería otra alternativa? (Camargo & Useche, 2015).

Este tipo de estrategias, ayuda al control inhibitorio en cuanto exige tomarse un tiempo para dar la respuesta posterior a un análisis, se debe ser paciente para llegar a la mejor solución. La necesidad de encontrar la mejor solución, de reconsiderar las propias posiciones, contribuye a mejorar la flexibilidad cognitiva. El mantenimiento y búsqueda de información para analizar y dar respuesta a diferentes problemas, implica entrenamiento en memoria de trabajo y, por último, la continua reflexión, propicia el desarrollo de la metacognición.

Con relación al papel de la evaluación en el desarrollo de la metacognición, se resalta el papel de la evaluación formativa, autoevaluación y coevaluación en el desarrollo de la función ejecutiva de metacognición. La investigación educativa ha brindado un enfoque de evaluación para el aprendizaje, sostenible, orientada a la valoración con un papel activo del estudiante y que posibilita la autorregulación y autoeficacia. Este tipo evaluación se centra en los procesos, no en los resultados, es sostenible en cuanto que abarca el conocimiento, las habilidades y predisposiciones requeridas para apoyar el aprendizaje y está orientada al aprendizaje a través de la participación activa del estudiante, da retroalimentación prospectiva y contiene tareas auténticas. La rúbrica es otro instrumento de evaluación que describe las características específicas de una entrega en varios niveles de rendimiento y, por consiguiente, ayudan a comprender bien las metas de aprendizaje y a disponer de elementos de juicio para evaluar su propio desempeño y establecer medidas de mejoramiento. También ayuda a proporcionar retroalimentación o evaluación formativa al estudiante por la precisión de la información sobre el grado de evolución de una competencia. (Valverde & Ciudad, 2014).

En general, las estrategias activas y que promuevan el pensamiento crítico, son adecuadas para intervenciones de funciones ejecutivas en el aula.

Por otro lado, la educación fisca, prácticas de relajación y las asignaturas lúdicas o estrategias lúdicas aplicadas a cada asignatura y orientadas por un neuropsicólogo, ayudan a mejorar las funciones ejecutivas. Por ejemplo, los programas de actividad física aeróbico tienen efecto positivo sobre la memoria de trabajo y sobre el control inhibitorio (tiempo en realizar el Trail Making Test B) (Martín, Chirosa, Reigal, Hernández, Juárez & Guisado, 2015).

Los juegos o deportes llevan implícito una competencia, la cual manejada con reflexión, análisis y aceptación de las debilidades y fortalezas propias y de los demás, se convierte en oportunidad de mejorar el nivel de frustración, de aprender a controlar las emociones, de emprender un plan de mejoramiento que requiere espera y trabajo, es decir, se puede mejora el control inhibitorio con prácticas de competencia acompañadas de estrategias metacognitivas. Se resalta que, cuando a todos los niños se les premia luego de una competencia, no se está reconociendo la habilidad o esfuerzo de algunos niños, así como sus debilidades, en cambio se puede estar dando refuerzo, a la falta de control emocional. A continuación, se muestra el esquema de la propuesta.

La fundamentación anterior puede ser aplicada a diferentes edades, pero en la etapa pre escolar es fundamental, ya que permite el desarrollo cerebral de manera organizada y se potencia las habilidades del niño. Si bien se proponen unas prácticas pedagógicas, los escenarios en que se desarrollan son el complemento para lograr los objetivos propuestos. Por ejemplo, se puede realizar un Aprendizaje Basado en Problemas en un escenario de educación física, donde al correr se genera mayor respiración. A partir de ese hecho comenzar a realizar aportes y con la experiencia, comprobar como late más fuerte el corazón, y por tanto como el sistema circulatorio se acomoda a las necesidades físicas. Se podría hablar de la energía que aporta cada alimento, que pasa cuando hay carencia o exceso de alguno de ellos, en fin, múltiples problemas para ser usado con los niños, acompañados de dibujos y reflexión acorde a su edad. Empatar el tema de la comida para pensar que hay algunos niños que no comen bien porque la familia no tiene como comprar los alimentos y cómo podríamos ayudar en eso y como nos sentimos frente a esas situaciones. De esta forma estamos trabajando empatía, reconocimiento de emociones. Como los niños deben esperar turnos para hablar, se trabaja control inhibitorio.

Otro escenario puede ser, el momento de la merienda, donde el problema que surja es el tipo de comida que ingerimos, que aportan, porqué son dulces algunos alimentos, porque algunos son verdes, otros rojos y también se pueden hacer preguntas que lleven a identificación de emociones y a ser empáticos. Por ejemplo, porque me gusta más la merienda de mis compañeros, qué pasa si voto la comida, porqué lloro cuando no me dan un dulce (metacognición). Igual, por ser organizada la discusión estamos respetando do turnos (control inhibitorio), estamos manejando información para resolver una pregunta problema, (memoria de trabajo y flexibilidad).

Teniendo en cuenta, las dificultades económicas de algunos centros y de los padres, se puede plantear escenarios cotidianos como los anteriores o propiciar algunos de bajo costo, como, por ejemplo, realizar carros o juguetes con basura traída de la casa. En este caso se traban temas de reciclaje, conciencia sobre el cuidado del medio ambiente, de paso, flexibilidad cognitiva, empatía. Es así, como teniendo claro los objetivos para el desarrollo de funciones cognitivas o ejecutivas, muchas situaciones se pueden abordar con metodología activas. Igual, en edad pre escolar, se usa la evaluación formativa y rubricas a partir de dibujos o emoticones para auto evaluarse o evaluar a otros. Esto forma los procesos metacognitivos como ya se mencionó.

BLIBLIOGRAFÍA

Camargo, L., & Useche, J. (2015). Las preguntas como herramientas intelectuales para el desarrollo de un pensamiento crítico. REDHECS. Vol. 10 n. 20, 145-156.

Galeana, L. (2006). Aprendizaje Basado en Proyectos. Investigación en Educación a Distancia. Revista digital.

Rigo, D., De a Navarra, M., & Travaglia, P. (2017). Diseñar la clase aportes desde las neurociencias y la psicología Educacional. Revista Psicopedagogia, 268-.

Yoldi, A. (2015). Las funciones ejecutivas: Hacia prácticas educativas que potencien su desarrollo. Páginas de Educación, 1-23.

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